El sistema sospecha de sí mismo. Dubai es el penúltimo episodio que confirma la crisis letal de un sistema basado en la riqueza material, en cuya lista de riesgos aparece la gran banca y las aseguradoras
Cuando las grandes entidades financieras y aseguradoras aparecen en la lista de riesgo para el sistema global y bajo escrutinio del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) en el que participan todos los gobiernos,
bancos centrales, e instituciones reguladoras, es porque todos están bajo sospecha. La
crisis de la deuda de Dubai, un icono de la riqueza asociada al lujo material, ha demostrado que los motivos de que el sistema sospeche del propio sistema, siguen siendo fundados. El mundo camina hacia un
nuevo modelo de riqueza.
El modelo de desarrollo y progreso de la
Sociedad de la Información está basado en la abundancia del conocimiento, no en la abundancia material. A mayor conocimiento mejor desarrollo y bienestar en el orden de lo material, los
valores humanos y sociales. Los bienes materiales son medios, el conocimiento y los valores que lo sustentan, un fin.

El sistema financiero está lleno de expertos, premios Nobel, y analistas, que usan las herramientas más sofisticadas. Y, sin embargo, cuando Dubai se da el batacazo y se pone en riesgo el pago de la deuda que para los bancos extranjeros asciende a 130.000 millones de dólares en los Emiratos Árabes, los mercados reaccionan “con sorpresa”. Lo que revela la existencia de algo más dramático que la
crisis financiera en el sistema internacional: confirma la resistencia del sistema al cambio. De hecho la
crisis de la deuda de Dubai contiene el mismo patrón que todas las que desde 2007 han conducido a una
crisis global del sistema:
crisis de
credibilidad,
confianza, y
transparencia.
La crisis es de un cambio de modelo de una economía industrial a la
Sociedad de la Información.
El círculo virtuoso del sistema global
El
círculo virtuoso de un sistema global es el
valor añadido de la
comunicación (
VAC). Gestionar la
información para que genere
valor añadido por sí misma hace que se optimice el
potencial de todo proceso. Si todo usuario puede verificar mediante la
información en tiempo real el proceso de sus inversiones, de sus
impuestos, o de las decisiones que adoptan los gobernantes y representantes políticos, ganará
confianza por la
transparencia del sistema. Si no, el sistema genera des
confianza, y produce crísis y pérdida de valor.
En la
Sociedad de la Información gobierna la
información. Lo que ha cambiado la
dimensión de la realidad, porque la
información es la medida de lo absoluto. La
información no es un medio, aunque la mayoría siga hablando de
medios de información. La
información es la materia intangible que altera y da forma a todo lo demás (
infomateria). La
información altera el tiempo y el espacio, ha cambiado nuestras herramientas de producir y pensar, y da vida a una nueva vida. Hoy los telespectadores ven como los niños se educan con sistemas que mueven el cursor del ordenador mediante sus órdenes cerebrales, a través de un diminuto chip que se pega en su frente.
En términos humanos la nueva
dimensión es la del
usuario. Los conceptos de cliente, paciente, lector, empleado…han dado paso a la figura del
usuario de información, que s
upone un desarrollo de su
potencial de conocimiento en magnitudes muy s
uperiores a las desarrolladas hasta ahora.
Este cambio de
dimensión ha puesto en
crisis el sistema basado en la riqueza material. Cuando se tiene la riqueza material como un fin, se utiliza la
información para desinformar y falsificar los procesos con interés de enriquecimiento partidista, económico y de poder. El coste de la
desinformación es lo que da la medida del alcance de la
crisis. El modelo español de
Zapatero es otro ejemplo práctico de como un gobierno basado en la
desinformación y la propaganda, conduce al empobrecimiento material y cultural
Antxón Sarasqueta
Madrid, 30 de noviembre de
2009
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