En Estados Unidos se están dando dos movimientos estratégicos de primer orden para el desarrollo de un modelo competitivo de futuro. Facilitar el acceso a su sistema legal para patentar software y otros productos intangibles desde cualquier parte del mundo, por vía electrónica, e impulsar cambios para introducir los intangibles en la contabilidad.
La Sociedad de Analistas de Valores de Nueva York (NYSSA) considera la contabilidad de los
intangibles como “la nueva
frontera”. En uno de sus últimos estudios destacó la necesidad de adaptarse a los cambios producidos por las tecnologías en lo que se ha llamado la nueva economía. “De cada 6 dólares de valor de mercado solo 1 aparece hoy en los
libros de contabilidad”, dice. La mayoría de los
intangibles no se contabilizan, añadén en su presentación.
“Incluso en tiempos de
crisis distinguiremos a los ganadores de los perdedores por los
valores intangibles de la innovación y la productividad que da lugar a las nuevas ideas, productos y procesos”, concluyen categóricos en su
análisis.
“Los
activos físicos, que no representan ninguna oportunidad de crecimiento, son considerados como bienes y productos, mientras que el verdadero valor de la compañía está en los
intangibles”, se lee en el citado informe.
Este informe divide los
intangibles en cuatro gr
upos. El desarrollo del conocimiento que crea nuevos productos como patentes, fármacos, software, etc.; los recursos humanos; las marcas y franquicias; y el capital estructural como los procesos y sistemas. “Este último es el gr
upo de
intangibles que más rápido está creciendo”, confirmaba.
Las patentes son, efectivamente, uno de esos
valores intangibles fundamentales. Y James Rogan, subsecretario de comercio para los derechos de propiedad intelectual, acaba de anunciar que la Oficina de Patentes y Marcas norteamericana (USPTO) va a modernizar todo su sistema para que funcione sin papeles. Todo electrónicamente. El coste de esta reforma ha sido estimado en 100 millones de dólares. Rogan ha afirmado que está en conversaciones con sus homólogos europeos y japoneses para que sea una reforma concertada y el sistema valga para todos por igual, no que el
usuario tenga que enfrentarse a sistemas diferentes.
Poder patentar las cosas mediante Internet y otros medios electrónicos significa que muchos
profesionales y empresarios europeos, que ahora no pueden patentar el software en los países de la UE, porque su legislación todavía no lo permite, podrán hacerlo con mayor facilidad en Estados Unidos, donde si es posible.